viernes, 24 de junio de 2016

23- Prácticas de horticultura.



23- Prácticas de horticultura
14, 15 y 16 de junio
Curiosamente, el Dr. Bi-Cheng estaba más atareado tras la defensa de su postdoc que antes de ella, de modo que no pudo acompañarme al invernadero el martes. Por la tarde fui con Lu y terminamos de colocar las macetas, para terminar cayendo en la cuenta de que voy a necesitar bastante más espacio del que habíamos despejado. Lu comenzó a agujerear las macetas con un punzón caliente, para pasar las ramas de Alligator entre ellas, mientras yo me puse a ensamblar las cajas de malla que albergarán los insectos. Aquí va una pequeña curiosidad científica: cuatro de los tratamientos implican usar insectos, mientras que los otros ocho no. Por lo tanto, en principio se necesitan cajas de insectos para cuatro tratamientos. Sin embargo, al hacer esto se está cometiendo un error, ya que la malla de las cajas puede sombrear las plantas e interferir en su crecimiento, que sería menor en esos tratamientos respecto al resto, introduciendo en el experimento lo que se denomina “artefacto” a la hora de analizar los resultados. Para evitarlo, es necesario cubrir con cajas para insectos todas las plantas de todos los tratamientos, con lo que pasamos de 32 a 96 cajas. Teniendo en cuenta que se tarda unos 5 minutos en montar una (son tubos de plástico que se ensamblan y luego se rodean con la malla), la conclusión fue que en toda la tarde conseguimos montar la mitad.
Matamos el tiempo hablando, ya que el mal nivel de inglés que tiene Lu lo compensa con su gran elocuencia. Uno de los temas fue la ley de natalidad china. Antes sólo estaba permitido tener un hijo por pareja, o dos si se vivía en una zona rural. Hace un par de años el gobierno “abolió”  esta ley, ahora se permite tener dos hijos por pareja en todo el país. Por si 1,35 millardos de chinos no fueran ya demasiados. De camino de vuelta a la facultad hablamos de historia. Comentó un par de anécdotas de la guerra chino-japonesa durante la Segunda Guerra Mundial y luego me preguntó por las guerras entre España y Portugal. Me pilló con la guardia baja, yo no recordaba ninguna, ni que Portugal hubiera sido alguna vez una parte de España (tendré que darle la razón la próxima vez que lo vea). Luego se puso a hablar de la guerra entre España y EEUU por los territorios en Centroamérica, a lo que repuse que en aquella época los EEUU no existían y que la única guerra con ellos fue por Cuba y Filipinas. Pero estaba convencido de que la guerra había sido contra EEUU… porque en la película Piratas del Caribe IV aparece un barco español en Centroamérica. Tras reírme bastante, le expliqué que los EEUU no existían en aquella época. Preguntó entonces por las guerras entre España y Escocia, lo que me cogió del todo por sorpresa. ¿Su fuente? Que en Piratas del Caribe II aparecía un barco con bandera escocesa, el mismísimo Holandés Errante. Menuda risa después de aquello.
Conste que el tiempo en Beijing hace cosas muy raras. Por la mañana lucía el sol, al mediodía comenzó a nublarse y por la tarde cayó un chaparrón que no amainó hasta entrada la noche. Lu me explicó que esta es una ciudad muy lluviosa y que entre junio y agosto llueve casi a diario, pero sólo por las tardes. Fui a cenar a la cafetería con el Dr. Bi-Cheng y el Prof. Wan, pedí un pescado asado que tenía buena pinta y el sabor era magnífico, aunque comerlo con palillos resultaba un tanto aparatoso.
El miércoles fue  un día bastante mediocre, lo único llamativo fue que por la mañana recibí un par de correos desde España. Me anima ver que la gente se acuerda de mi. Además, ahora tengo un par de buenas recomendaciones literarias para los ratos muertos. El día lo pasé en la oficina trabajando, pues nadie estaba disponible para acompañarme en el trabajo de invernadero. Constantemente entraba gente en el despacho para hablar con el Dr. Bi-Cheng, el pobre parece sobrecargado de trabajo.
El jueves no empezó bien, se me fue el santo al cielo mientras me afeitaba y al llegar al comedor me encontré con que ya estaban limpiando los mostradores. Eran las 9:00, a veces está abierto hasta las 9:10 si continúa entrando gente. Bueno, de ahora en adelante intentaré volver a madrugar como los primeros días. Compré algo de fruta en la tienda de enfrente y me la comí en el hotel. Por la mañana estuve revisando papers y a las 11.30 fui a comer con Lu. Me preguntó sorprendido que cuando había aprendido a comer con palillos y le respondí que el día que llegué, lo cual es cierto. Me dijo que era asombroso, pues a los extranjeros les cuesta mucho usarlos y yo lo hago sin problemas. Pues ya me gustaría tener la misma facilidad para aprender el idioma, lo de comer con palillos lo hace cualquiera. En cuanto terminamos nos dirigimos al invernadero, sin descanso para hacer la digestión. Me comentó que por la tarde se esperaban temperaturas de 34 grados. Ideal para estar dentro de un invernadero y trasplantar brotes mustios. De camino paramos a comprar agua en un supermercado pequeño e inhóspito que hay a la salida del campus, frente a la tienda de fruta. Es todo muy barato, tengo que venir un día con más calma a hacerme con víveres para el hotel.
En primer lugar terminamos de ensamblar las jaulas para insectos y luego las cubrimos con malla fina de plástico; tarea delicada, pues era sencillo hacerle un desgarrón a la malla mientras metíamos dentro el armazón. Lo cual me lleva a los dos descubrimientos desagradables de la tarde: que los insectos que teníamos en jardineras se pueden escapar fácilmente y que las jardineras están llenas de hormigas, pues las plantas tienen áfidos de los cuales se alimentan (mejor dicho, los “cosechan” sin matarlos). Si alguna de esas dos cosas suceden en mis plantas, a la porra los buenos resultados, así que mejor asegurarse de que las cajas de malla no tienen agujeros.
A eso de las 13:00 llegó el Dr. Bi-Cheng y movimos las últimas macetas con plantas adultas de Alligator. Las ramas que habían tocado grietas en el suelo habían echado raíces, por lo que tuvimos que arrancarlas con palas. Tras eso, cubrimos el suelo con plásticos y ordenamos las macetas. Después, por orden, las regamos, pusimos una rama de Alligator en cada pareja de macetas pasándola a través de los agujeros, cubrimos las macetas con corteza picada para que retuvieran la humedad, las volvimos a regar, cubrimos cuidadosamente las plantas con la corteza para que no se secaran, regamos las macetas una tercera vez y finalmente lo cubrimos todo con una enorme tela de sombrear. La distribución de plantas no fue al azar, sino que elegimos grupos del mismo tamaño para cada una de las réplicas. Según Lu, esto da lugar a un factor de bloqueo que hay que tener en cuenta al analizar los datos. Sabía que existían los factores de bloqueo pero nunca había usado uno en un experimento. Cuando terminamos, lo que teníamos delante eran plantas mustias con las hojas cubiertas por corteza mojada. Si se mueren, que es lo más probable, será malo porque no tendré material para mi experimento. Pero si sobreviven, me empezaré a preocupar en serio por si esta planta se libera en Europa.
El Dr. Bi-Cheng se quedó en el invernadero y Lu había quedado para cenar, así que tuve que regresar solo a la BFU. Paré de camino a comprar plátanos y lychees en una tienda y luego fui a la tercera planta del comedor. Pedí una especie de empanadilla y un bollo, ambos rellenos de vegetales, carne y cebolla. Había sido un día largo, trabajando sin descanso desde la hora de comer hasta la cena. Cuando regresé al despacho me puse a leer papers mientras daba cuenta de los lychees, al rato llegó el Dr. Bi-Cheng con una bolsa llena de plantas. De entre las que no habíamos seleccionado para plantar, había escogido 8 al azar para tomar las medidas iniciales (8 porque cada tratamiento tiene 8 réplicas). Me las puso en la mesa con las raíces aún mojadas, me dio una libreta, una regla, y manos a la obra. Tomé nota de datos insignificantes, que no nos sirven de nada, simplemente por si los revisores de paper nos los piden, como número de rametos en la parte apical o número de hojas en la parte basal. Guardé por separado las raíces, hojas y tallo de la parte basal y apical de cada planta en sobres de papel, que irán a una estufa durante dos días para medir después el peso seco de cada parte. Profesional, muy profesional.

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