21- Curso de jardinería
11 de junio
Por ser sábado y festivo, me tomé la libertad de dormir
hasta tarde. Llegué a la facultad casi a las 11:00 (aunque eso en España para
mí es madrugar). El Dr. Bi-Cheng llegó por la tarde y nos dirigimos al
invernadero, para dejar el material de mi experimento preparado. En total
necesito 192 macetas, eran tantas que pensamos en realizar el experimento en
dos partes separadas para ocupar la mitad de espacio, pero finalmente lo
realizaremos todo junto. Lo primero fue mezclar compost con arena de cuarzo y
fertilizante para crear el sustrato. Medimos el compost y la arena en cajones
de 15 litros y realizamos la mezcla con palas. Dentro del invernadero, pese a
que había enormes ventiladores suministrando aire del exterior, hacía un calor
sofocante. Mezclamos nada menos que 330 litros de sustrato, lo cual nos llevó
un par de horas. A medida que uno colocaba las macetas vacías en el suelo, las
llenábamos de dos en dos con una pala, luego nivelábamos la tierra hasta arriba
y las colocábamos en pilas.
A continuación, cuando pensaba que ya habíamos terminado, el
Dr. Bi-Cheng decidió recolocar un montón de trastos (que habían usado en
experimentos anteriores) y macetas con Alligator. Algunas de las plantas habían
crecido hasta el punto que sus ramas habían echado raíces en el suelo. Tras
despejar el espacio limpiamos la tierra del suelo con palas (el suelo del
invernadero es de ladrillos sin argamasa, para que filtre el agua) y extendimos
unos plásticos por encima, para evitar que las futuras plantas pudieran
enraizar en el suelo. Finalmente comenzamos a colocar encima las macetas, e
grupos ordenados. A principios de la próxima semana plantaremos las plantas
(expresión que siempre me ha sonado muy redundante) y tras dos semanas de
recuperación comenzaremos el experimento. Sin embargo, las plantas que tenemos
en agua ya han crecido visiblemente y tienen bastantes raíces, pienso que en
dos semanas el tamaño será excesivo y tendremos que volver a cortarlas.
Finamente, siendo ya las 18:30, le comenté al Dr. Bi-Cheng si no podíamos
dejarlo para otro día e ir a cenar, cosa que aceptó de buena gana.
De vuelta a la facultad nos detuvimos a comprar fruta y unos
helados. Probé uno con sabor a durian (que no llevaba durian, sólo imitaba el
sabor), que estaba bastante bueno. Terminamos hablando del fútbol en España,
conoce a Messi pero el único equipo que le suena es el de Madrid. Bien, eso es
lo básico. En la cena también me preguntó si conocía a Gasol, a lo que respondí
que conocía a los dos hermanos. Aquí el futbol no es muy popular, pero les
gusta el baloncesto y el baseball. Ah, y Yao Ming es una celebridad. Mi cena
consistió en una hamburguesa de carne picada y un rollito de primavera de tiras
de patata y zanahoria. Era como un durum mal enrollado en una filloa, y el
relleno era bastante insípido, pero estaba bien. El Dr. Bi-Cheng me dio una
botella de zumo de Haw, que debe ser una fruta, parecía zumo de tomate y era
casi como beber kétchup. Él cenó un revuelto de verduras que eligió y le
prepararon con varias salsas, dijo que era como el “hotpot” pero no conozco ese
tipo de cocina. Entre los vegetales había raíces de bambú, que son como rodajas
de berenjena con agujeros. Tras un día de duro trabajo, dejamos los platos
limpios.
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