viernes, 24 de junio de 2016

21- Curso de jardinería,



21- Curso de jardinería
11 de junio
Por ser sábado y festivo, me tomé la libertad de dormir hasta tarde. Llegué a la facultad casi a las 11:00 (aunque eso en España para mí es madrugar). El Dr. Bi-Cheng llegó por la tarde y nos dirigimos al invernadero, para dejar el material de mi experimento preparado. En total necesito 192 macetas, eran tantas que pensamos en realizar el experimento en dos partes separadas para ocupar la mitad de espacio, pero finalmente lo realizaremos todo junto. Lo primero fue mezclar compost con arena de cuarzo y fertilizante para crear el sustrato. Medimos el compost y la arena en cajones de 15 litros y realizamos la mezcla con palas. Dentro del invernadero, pese a que había enormes ventiladores suministrando aire del exterior, hacía un calor sofocante. Mezclamos nada menos que 330 litros de sustrato, lo cual nos llevó un par de horas. A medida que uno colocaba las macetas vacías en el suelo, las llenábamos de dos en dos con una pala, luego nivelábamos la tierra hasta arriba y las colocábamos en pilas.
A continuación, cuando pensaba que ya habíamos terminado, el Dr. Bi-Cheng decidió recolocar un montón de trastos (que habían usado en experimentos anteriores) y macetas con Alligator. Algunas de las plantas habían crecido hasta el punto que sus ramas habían echado raíces en el suelo. Tras despejar el espacio limpiamos la tierra del suelo con palas (el suelo del invernadero es de ladrillos sin argamasa, para que filtre el agua) y extendimos unos plásticos por encima, para evitar que las futuras plantas pudieran enraizar en el suelo. Finalmente comenzamos a colocar encima las macetas, e grupos ordenados. A principios de la próxima semana plantaremos las plantas (expresión que siempre me ha sonado muy redundante) y tras dos semanas de recuperación comenzaremos el experimento. Sin embargo, las plantas que tenemos en agua ya han crecido visiblemente y tienen bastantes raíces, pienso que en dos semanas el tamaño será excesivo y tendremos que volver a cortarlas. Finamente, siendo ya las 18:30, le comenté al Dr. Bi-Cheng si no podíamos dejarlo para otro día e ir a cenar, cosa que aceptó de buena gana.
De vuelta a la facultad nos detuvimos a comprar fruta y unos helados. Probé uno con sabor a durian (que no llevaba durian, sólo imitaba el sabor), que estaba bastante bueno. Terminamos hablando del fútbol en España, conoce a Messi pero el único equipo que le suena es el de Madrid. Bien, eso es lo básico. En la cena también me preguntó si conocía a Gasol, a lo que respondí que conocía a los dos hermanos. Aquí el futbol no es muy popular, pero les gusta el baloncesto y el baseball. Ah, y Yao Ming es una celebridad. Mi cena consistió en una hamburguesa de carne picada y un rollito de primavera de tiras de patata y zanahoria. Era como un durum mal enrollado en una filloa, y el relleno era bastante insípido, pero estaba bien. El Dr. Bi-Cheng me dio una botella de zumo de Haw, que debe ser una fruta, parecía zumo de tomate y era casi como beber kétchup. Él cenó un revuelto de verduras que eligió y le prepararon con varias salsas, dijo que era como el “hotpot” pero no conozco ese tipo de cocina. Entre los vegetales había raíces de bambú, que son como rodajas de berenjena con agujeros. Tras un día de duro trabajo, dejamos los platos limpios.

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