29- Ciudad olímpica
2 y 3 de julio
El sábado fue un día común, me levanté tarde y fui
directamente a comer antes de ir a la oficina. Trabajé más bien poco, pero
estuve repasando las sílabas en chino y algunos caracteres. Wasson se encuentra
de viaje, por lo que estaremos varios días sin impartir clase alguna. El
domingo fue bastante más provechoso, pues había acordado con Aini ir a visitar
la ciudad olímpica, donde se celebraron las Olimpiadas del 2008. Aprovechando
que estaba nublado pudimos ir por la mañana sin peligro de desfallecer por el
calor. Cogimos un autobús enfrente a nuestro hotel, cruzando la carretera. El
complejo olímpico se encuentra en línea recta siguiendo esa carretera, por lo
que no tiene pérdida, pero la distancia a la universidad es de varios
kilómetros. Como ya comenté en algún capítulo previo, los autobuses aquí son
muy baratos, cuestan 2 yuanes si se paga en efectivo y uno si se paga con
tarjeta. Aini intentará conseguirme una, dice que son muy prácticas tanto para
ir en bus como en metro. El viaje a la ciudad olímpica duró un cuarto de hora
aproximadamente.
En cuanto llegamos me quedé impresionado ante lo grande que
era el complejo. Frente a nosotros, a unos 500m y con un río de por medio, se
encontraban el estadio olímpico (el famoso nido) y la torre de comunicaciones
que se utilizó durante los juegos. A nuestra espalda, a una distancia aún
mayor, se levantaban cinco torres inmensas, una por cada anillo, que fueron
construidas años después de los juegos. Fuimos dando un agradable paseo
alrededor del nido y por los exteriores del estadio de deportes cubiertos y el
edificio de los deportes de agua. Este último tiene una cubierta de plástico
azul abombado, que imita el aspecto de burbujas y es una obra arquitectónica
impresionante. Resulta más curioso que el entramado de vigas que rodean el
nido, pues vistas desde cerca pierden parte de su encanto. Entre el nido y el
edificio de deportes de agua hay un parque con estatuas que simbolizan
diferentes deportes, aunque la mayoría son demasiado abstractas como para
adivinar de qué deporte se trata. Fuera del estadio habían colocado la antorcha
olímpica, la misma que se encendió en la ceremonia inaugural de los juegos.
A continuación pasamos frente a las cinco torres, que tienen
una filigrana de vigas hacia su parte más alta que recuerda las ramas de un
árbol, y nos dirigimos a un parque que se encuentra detrás y que forma parte
del complejo olímpico. Se trata de un lago con barcos y una colina con rutas
para hacer senderismo, que oculta numerosos parques y merenderos. Al ser
domingo y hacer buen tiempo (entiéndase, nublado) había muchas familias pasando
allí la tarde. Alrededor del lago había una barandilla con escalones para que
los niños pequeños pudieran bañarse sin peligro de meterse demasiado en el
agua. Estuvimos paseando hasta casi las 16:00, cuando cogimos el autobús para
regresar al hotel.
Lo que más me gustó del día no fue el paseo por la ciudad
olímpica, que estuvo bien y fue una visita interesante, sino la charla que tuve
con Aini acerca de las diferencias culturales entre España, Pakistán y China.
Creo que la principal es acerca de la mujer y las relaciones maritales. En
Pakistán está prohibido mantener relaciones antes del matrimonio (debido al
peligro de tener un hijo fuera del matrimonio, un “hijo ilegal” en palabras de
Aini, y que nadie se quiera hacer cargo de él), pero debido a que la situación
económica es bastante mala y es difícil encontrar trabajo (una vez te casas es
obligatorio por ley darle dinero mensualmente a tu esposa así como una casa)
muchas parejas jóvenes prefieren ignorar esto. No me quedó claro si es una
prohibición de la ley islámica, de la ley del país o ambas. Las leyes de
Pakistán tienen influencia islámica pero no son como las de Arabia Saudí, donde
el código penal está sacado directamente del Corán. También es legal la
poligamia, hasta un máximo de cuatro esposas, pero las cuatro deben ser
tratadas igual. Es decir, tienes que pegarles cuatro casas y dinero mensual a
las cuatro. Suena muy bien eso de tener un harén, pero en la práctica muy poca
gente puede permitírselo. Está pensado por si la primera mujer no da al hombre
hijos varones, para que este pueda tener descendencia con otra (lo cual a día
de hoy se sabe que es un concepto erróneo, pues el cromosoma Y sólo se puede
heredar del padre, no de la madre). Sin embargo, la primera esposa tiene que
consentir que el marido tenga más esposas. Respecto a si la mujer puede
trabajar o no, eso depende del marido. Por una parte él tiene que consentir que
la mujer trabaje, pero si ella no trabaja él tiene que pagarle mensualmente.
Por lo tanto, con el transcurso de los años y el empeoramiento de la situación
económica en el país, ahora es más habitual que ambos miembros de un matrimonio
tengan trabajo.
En China o Pakistán las relaciones son mucho más
tradicionales que en España. Por ejemplo, y esto es algo que yo sospechaba pero
Aini me dejó claro con un ejemplo, si aquí le dices a una mujer “oh, eres muy
guapa” automáticamente piensa que la quieres tratar como a una prostituta. ¿Qué
cuál es la diferencia? Pues hasta ahí ninguna, el caso es que en España eso se
ve con normalidad pero aquí no. Aquí no son normales las relaciones cortas, lo
que las mujeres buscan es alguien con quien casarse, no ir cambiando de novio
cada seis meses. No digamos ya relaciones de una noche, que es algo
inconcebible en su cultura. Cuando Aini comenzó a preguntar por los matrimonios
y divorcios en España (en Pakistán también son legales, cosa sorprendente) vi
por dónde iban los tiros. Se está pensando ir de viaje a España en un futuro. Le expliqué
que allí ni es necesario casarse para mantener relaciones ni se tiene que
preocupar por buscar novia, que puede tener una cada noche y no hay ningún
problema. La palabra clave en el ambiente universitario español es “botellón”,
que significa “big bottle”. No tengo
claro el éxito de un pakistaní treinteañero ligando en España, pero la cuestión
es intentarlo.
Aproveché para preguntarle por la relación entre la India y
Pakistán, porque me sonaba que era bastante tensa. Me explicó que los
musulmanes habían conquistado todo el territorio siglos atrás, pero en la India
parte de la población era hindú, lo cual causaba roces debido a diferencias
religiosas. En palabras de Aini, “ellos dicen ser hijos de la vaca, pero a
nosotros nos gusta comer vacas y ellos se enfadan cuando les cortamos el
cuello”. Cuando los ingleses invadieron la zona, musulmanes e hindúes se
pusieron de acuerdo para enfrentarse a su nuevo enemigo común. Una vez libres
del yugo británico (y desconozco el contexto exacto) ambos países se separaron.
La mayoría de pakistaníes eran musulmanes y la mayoría de indios eran hindúes,
por lo que la situación de ambos colectivos mejoró. Sin embargo, los
enfrentamientos continuaron. El punto álgido de esto ocurrió en 1971, cuando en
la parte este de Pakistán (que para ellos es la que está hacia la India, no
hacia el Tibet) intentó independizarse y hubo una guerra civil con tintes de
genocidio en la que murieron varios millones de personas. Muchos millones se refugiaron
en la India, pero la situación era tan insostenible que en la India se
prepararon para una guerra. A los militares pakistaníes no se les ocurrió cosa
mejor que hacer que atacar por sorpresa varias bases aéreas de la India para
disuadirlos de entrar en la guerra. Como resultado, dos semanas más tarde
Pakistán firmaba una rendición incondicional en la que fue una de las guerras
más cortas y desproporcionadas de la historia. La India contaba con apoyo y
material de la URSS mientras que Pakistán contaba con el beneplácito y material
de los EEUU y otros países árabes. Véase, chatarra. El resultado del conflicto
fue que la zona de Pakistán más próxima a la India se independizó y dio lugar a
Bangladesh. Parece un país pequeño e insignificante, pero tiene varias veces la
población de España (Pakistán por su parte tiene casi 200 millones de
habitantes a día de hoy, tampoco es un país pequeño). Pakistán perdió casi la
mitad de su población como resultado de la guerra y la economía nunca volvió a
recuperarse.
Una vez en el hotel me tiré en cama a escribir y leer, salí
de la habitación únicamente para ir a cenar. Espero que esto siente un
precedente y vayamos a hacer algo de turismo cada fin de semana, Aini parece
encantado con la idea, aunque a la mayoría de sitios interesantes ya ha ido. El
próximo fin de semana comentó que podríamos ir a la Gran Muralla. Me entusiasma
la idea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario